Mosquitos:
El ciclo biológico de los mosquitos hematófagos (principalmente Familia Culicidae) se completa en cuatro fases distintas: huevo, larva, pupa y adulto.
Las larvas de Culícidos pueden encontrarse en casi cualquier masa de agua que se encuentre estancada durante al menos una semana (pantanos, marismas, canales, charcos, riberas de ríos, bidones, cisternas y todo tipo de recipientes artificiales capaces de retener agua al aire libre).
Las hembras requieren del aporte nutricional que constituye la sangre para poder iniciar el ciclo gonotrófico y realizar una puesta de huevos. Cada puesta ha de ser precedida de la ingesta de sangre. Sus hábitos hematófagos los hacen ser insectos muy molestos para los humanos. Además muchas especies son vectores de importantes enfermedades. La dieta de los machos es diferente, consiste en néctar, savia y jugos de frutas, generalmente ricos en azúcares.
El control de culícidos se realiza principalmente sobre la fase larvaria mediante productos biológicos, si bien es muy importante realizar una labor preventiva que evite la acumulación de agua sin control sanitario en ámbitos urbanos y periurbanos.
Simulidos:
Los simúlidos (Simuliidae), conocidos vulgarmente como moscas negras, son una familia de dípteros nematóceros de pequeño tamaño (de 2 a 5 mm), de color generalmente oscuro y que se diferencian de los mosquitos por tener el cuerpo más rechoncho, alas anchas y patas mucho más cortas. Las larvas son acuáticas y viven en cursos de agua en movimiento (canales, azarbes, ríos…). Los simúlidos se alimentan en general de los jugos de los vegetales, pero las hembras de muchas especies son hematófagas, pueden picar a las personas y a los animales (causando graves problemas en ganadería), al igual que los mosquitos, para ingerir su sangre, la cual es un aporte nutricional excelente para el desarrollo y la puesta de los huevos. Son capaces de volar más de 20 km desde el lugar desde el que emergieron. Las hembras mediante su aparato bucal cortador-chupador efectúan una mordedura dolorosa que puede llegar a sangrar. La mordedura de estos insectos produce una fuerte irritación e inflamación de la zona que, en algunos casos, puede necesitar atención médica.
Como en el caso de los mosquitos, los tratamientos más efectivos se realizan sobre las fases larvarias con productos biológicos.
QUIROMÍNIDOS:
Muchas especies se parecen a los mosquitos de la familia Culicidae pero las alas no tienen escamas y las piezas bucales no son del tipo picador-chupador como las de los mosquitos, de hecho no son insectos hematófagos. Es una familia muy grande con más de 5.000 especies descritas. Los machos se distinguen fácilmente por sus antenas plumosas.
Los adultos pueden ser considerados plagas cuando emergen en grandes cantidades, ya que forman nubes de grandes dimensiones que pueden interferir con actividades humanas (escaparates, focos de instalaciones deportivas, etc) al ser atraídos por fuentes de luz artificiales. Además pueden dañar la pintura de las casas y otras superficies con sus materias fecales. Las larvas se encuentran en muchos ambientes acuáticos o semi acuáticos, material vegetal en descomposición, suelos con agua y materia orgánica, aguas cloacales y recipientes artificiales. Las larvas de algunas especies son de color rojo brillante debido a la presencia de hemoglobina, que es muy poco común entre los insectos. Algunas especies son biondicadores de mala calidad de las aguas, ya que las larvas son capaces de sobrevivir con bajas concentraciones de oxigeno.
Los tratamientos más efectivos se realizan sobre las fases larvarias.
FLEBOTOMOS:
Los flebotomos pertenecen a la familia familia Psychodidae. Son hematófagos (se alimentan de sangre) y su picadura es el medio de transmisión de enfermedades como la leishmaniasis, la bartonelosis y de algunos arbovirus. Su ciclo de vida tiene 4 estadios; huevo, larva, pupa y adulto, y puede tardar en completarse unos dos meses en condiciones favorables.
La puesta la realizan en suelos arenosos húmedos y protegidos, en las bases de las paredes, la mampostería deteriorada, las grietas húmedas, los suelos contaminados por animales, etc. Busca refugio en los cuartos oscuros y frescos y en los corrales. El insecto adulto tiene una vida corta, rara vez superior a 2 semanas; la hembra pone 40-60 huevos; es activo durante el atardecer y la noche, y evitan el viento y la luz. Busca su alimento a 50 m a la redonda de los lugares donde se reproduce.
Las campañas contra las fases larvarias de estos insectos no son fáciles de llevar a cabo ya que se encuentran en el suelo en hábitats muy dispersos.
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